Es buena para nuestros pulmones al recibir éstos más oxígeno, calma el estrés, estimula muchos órganos de nuestro cuerpo, hace que veamos las cosas de forma más positivas, y por tanto nuestro estado de ánimo mejora, nuestros músculos de la cara y del abdomen se fortalecen, el diafragma se relaja, hace un masaje a nuestros órganos internos, y hace que seamos más felices, etc.
Hay personas que están más habitadas a reírse, pero también hay muchas otras que reírse les cuesta mucho, pero teniendo en cuenta los beneficios que con este simple gesto podemos tener, deberíamos de obligarnos a ello.
Reírnos, sonreír, puede ayudarnos a nosotros y también ayudar a otras personas. Hay que practicar y practicar cada día la risa. Es posible que si no estamos acostumbrados a sonreír-reír con frecuencia nos cueste hacerlo, por lo que yo aconsejo poner una alarma por ejemplo en nuestro móvil cada dos horas, y cuando suene obligarnos a sonreír, y a reír si es posible, así poco a poco iremos familiarizándonos con ella, y lo que al inicio era una “obligación”, al final se convertirá en algo intrínseco.
Otra forma de practicar la risa sin motivo inicial, es a través de ejercicios y juegos, con el “yoga de la risa”, que proviene del sánscrito Hasya Yoga, técnica desarrollada en 1995 por el médico generalista Dr. Madan Kataria de Bombay, India. El Doctor Kataria estaba escribiendo un artículo titulado “Reír, la mejor medicina”, para un boletín médico que publicaba mensualmente con el nombre de “Mi médico de cabecera”.
Estaba buscando publicaciones científicas que demostraran los efectos beneficiosos de la risa, tanto para el cuerpo, como para la mente, y observó con gran alegría que existían numerosos estudios al respecto.
Con la ayuda de su esposa, Madhuri que era profesora de yoga, creó una técnica que combinaba respiraciones profundas, estiramientos y ejercicios divertidos enfocados a estimular la risa, ”el yoga de la risa”. Actualmente el yoga de la risa se ha desarrollado por todo el mundo y hoy cuenta con un inmenso número de seguidores.
Espero que acabéis de leer con una sonrisa en la cara y que cuando acabes, dediques dos minutos o tres a reír, simplemente a reír.