Sin embargo nuestra mente siempre quiere huir del dolor y buscar el máximo placer, por lo que estamos acostumbradxs a ver el dolor como algo malo, ya que en nuestra sociedad hemos crecido con esta creencia y siempre huimos de él, tanto del propio dolor, como del dolor ajeno. En otras culturas el dolor es visto como una posibilidad para que la persona puede avanzar, puede cambiar y mejorar.
Hay que cambiar la perfección mental que tenemos del dolor,
Sí que es cierto que tal vez el dolor no podemos evitarlo, pero lo que sí que podemos evitar es el sufrimiento, es decir cuando no aceptamos ese dolor, intentamos que desaparezca, nos enfadamos, nos resistimos a él, ese dolor se hace más y más grande y por tanto pasa de ser dolor a convertirse en sufrimiento, lo cual aún es peor.
Se que hablar de ello es muy fácil y que sentir ese dolor, no lo es tanto, ya que convivir con él no es fácil; Pero piensa, qué pasaría si intentas aunque solo sea unos minutos, o unos días, en mirar a la cara a ese dolor, y a en lugar de que cada vez que lo sientas te enfades contigo mismx, lo rechaces, que empieces a hablar a tu dolor con amor y ternura, a darle su espacio dentro de ti, y a verlo como una posibilidad para cambiar, para evolucionar, y para convertirte en una mejor persona.
Podemos reeducar a nuestro cerebro para que cada vez que sintamos ese dolor, en lugar de enfadarnos, lo veamos con amor, llevemos nuestra respiración a esa zona, seamos comprensivos, ese dolor no pasará a sufrimiento, y se reducirá la sensación desagradable que seguramente sintamos con él. Es decir, tenemos que cambiar nuestra actitud ante el dolor, ante esa situación, no tenemos que victimizarnos y pensar en por qué a mí, en que tenemos que paralizar nuestra vida por ese dolor, etc.
Poniéndolo en práctica
Os propongo un ejercicio cada vez que sintamos dolor, y es llevar nuestra respiración a esa zona en la que sentimos el dolor y a imaginarnos que le enviamos amor a esa zona y por ende al resto de nuestro cuerpo, transformando nuestra actitud de rechazo hacia él, en amor y comprensión, sin intentar cambiar nada, simplemente amándolo, pensando que forma parte de ti y que por eso tienes que quererlo.
Tenemos que transmutar ese sufrimiento que nos provoca ya que eso nos permitirá aumentar nuestra resistencia y podremos convivir con él el tiempo que sea necesario, tenemos que cambiar nuestra mentalidad al respecto, ese dolor lo sentimos pero no podemos permitir que dirija nuestra vida, tenemos que cambiar nuestra forma de enfocar la situación y así no llegar al sufrimiento o transmutarlo.